Hace unos días recibimos un email de un consumidor preguntándonos acerca de los tapones de silicona que utilizamos en la mayoría de nuestros vinos. Era más bien una queja, pues no entendía cómo “un vino como Cuatro Rayas” se permitía la osadía de utilizar un tapón sintético en lugar de un corcho natural. Por supuesto, contestamos a ese email y argumentamos nuestra elección, pero hemos querido compartirla también con los lectores de este blog ya que, hoy día, es muy común encontrar un tapón sintético al abrir una botella.
¿Es una moda? ¿Es más económico? ¿Es mejor uno que otro?
Decíamos en ese email que hace muchos años que la industria del vino lucha por optimizar la conservación de los vinos. En el caso de los vinos blancos jóvenes, que no necesitan crianza ni evolución en botella, se ha llegado a la conclusión de que los tapones sintéticos –Nomacorc classic en el caso de Cuatro Rayas Verdejo- e incluso los tapones de rosca, ayudan a mantener la frescura, la fruta y los aromas del vino. En definitiva, evitan su oxidación. Pero el principal argumento quizás sea la contaminación aromática que producen los corchos naturales, debido a la porosidad del material. No es una cuestión económica tampoco, pues este tipo de tapones pueden llegar a ser incluso más caros que los naturales.

Hace años que Cuatro Rayas utiliza el tapón sintético para la gran mayoría de sus marcas. Prácticamente la totalidad de las botellas que ponemos en el mercado (alrededor de 15 millones cada año), se cierran con tapones sintéticos. Así se comercializan también la mayoría de los vinos de la D.O. Rueda. Se ha comprobado en catas a ciegas que, efectivamente, los vinos blancos jóvenes conservan mucho mejor sus propiedades y su frescura con un tapón sintético que con un corcho tradicional.
¿Qué os parece a vosotros? Podéis comentar este post y darnos vuestra opinión acerca de este tipo de tapones.
¡Nos leemos!
@CuatroRayas