Ofrece a la vista un bonito color amarillo alimonado pálido, verdoso, limpio y brillante. En nariz es potente, con notas de fruta fresca, manzana verde, heno y ecos amielados. Paladar fresco equilibrado y goloso, redondo, muy frutal, con carácter y un delicado final de boca a hinojo muy característico.
Así llega Cuatro Rayas a tu copa. Pero para ello hay que cuidar con mimo el origen, la raíz de un vino que se elabora desde hace más de 50 años. El trabajo en la viña es fundamental para garantizar que la uva esté en perfecto estado cuando llegue la vendimia.
Ahora en el mes de mayo, es cuando las vides brotan. Según el tipo de viñedo (edad, terreno o altitud) y su variedad, las vides se comportan de forma diferente. Por ejemplo, en la variedad verdejo ya se pueden vislumbrar los racimos, mientras que en la viura la brotación está más retrasada.
Los trabajos en el campo
En esta época se aprecia como el viñedo pinta verde, con sus hojas y racimos visibles en verdejos y empezando a brotar en viuras.
Las parcelas se aran para evitar que el suelo se endurezca, además de sanear de malas hierbas. La lluvia caída en marzo y abril no ha permitido entrar en la viña hasta ahora.
Se realiza una primera poda en verde a las viñas más adelantadas. Técnicamente se denomina “espergurado” y, de forma coloquial, “ordeño de la cepa”. Consiste en eliminar los brotes del tronco con un guante.
Y así, un día en la viña que forma parte del esfuerzo constante de Cuatro Rayas por brindarte el mejor vino.