¿Cuántas veces nos hemos preguntado cuáles son las reglas para un perfecto maridaje? ¿Es cierto que el vino blanco sólo se debe tomar acompañado de pescado y el tinto de carne?
Empecemos por lo más básico: ¿Qué es un maridaje? Sabemos que es una palabra que proviene del francés mariage (matrimonio), y significa la combinación adecuada del vino con la comida. Hasta aquí todos lo entendemos… Pero, ¿Quién dicta las reglas de esa combinación adecuada? Nosotros como bodega, y nuestra política de “democratizar” el vino y hacerlo asequible, comprensible y “disfrutable” (esta palabra no existe pero expresa perfectamente lo que queremos decir) para todo el mundo, os aconsejamos que seáis vosotros mismos y sean vuestros gustos los que dicten esas normas.
Por todos es sabido que se “debe” comer carnes rojas acompañadas de un buen vino tinto, si tiene crianza, mejor, y el pescado o las carnes blancas con un buen vino blanco. ¿Es esto cierto? ¿Qué ocurre si comemos carne roja con un buen blanco, nos intoxicaremos o algo parecido? ¿Vendrán los gurús del vino a nuestras casas y nos llamarán sacrílegos? No, nada de eso, no hay que continuar forzando esas combinaciones, porque lo mejor de un vino sin ninguna duda es disfrutarlo con una buena compañía y buen ambiente.
A pesar de ello, contado en tono de humor, sí es cierto que existen ciertas recomendaciones para que un vino no aniquile el sabor de un plato, o viceversa, y os vamos a exponer unas cuantas en este post:
– En primer lugar debemos tener en cuenta los sabores que percibimos, que son SÓLO cuatro: Dulce, salado, amargo y ácido. Todo lo demás no son sabores si no AROMAS. El elemento más importante de los cuatro es la acidez, por lo que hay que buscar un buen equilibrio en la acidez tanto del vino como del plato escogido, que ninguno de los dos resalte en exceso sobre el otro.
– Pero para complicarnos un poco las cosas, existe otra regla que nos dice que es apropiada la combinación de extremos , es decir, vinos con tendencia dulce, como nuestro Dolce Bianco por ejemplo, con un queso curado, unas aceitunas. O un vino blanco seco, afrutado, como nuestro Cuatro Rayas Sauvignon Blanc, acompañado de un plato de jamón ibérico (en algún lugar de internet de cuyo nombre no quiero acordarme, he leído que esta combinación es afrodisíaca! 😉 ), o de una buena tapa de chorizo o queso.
– Por norma general (aunque ya hemos dejado claro que nos gusta saltarnos las normas de vez en cuando y que no nos castigarán por ello), y teniendo en cuenta los tipos de vino, se puede hacer esta clasificación que me ha gustado y copio directamente de este blog:
– Un vino ácido (blancos, rosados y algunos tintos) puede compensar una comida grasa. También pueden hacer que la comida parezca más salada, y el vino parecerá menos ácido si se beben con comidas dulces. Un ejemplo de vino ácido es nuestro Cuatro Rayas Verdejo, la acidez -controlada- es una de las características de esta variedad.
– Un vino tinto con mucho grado alcohólico puede hacer que una comida ligera no pueda apreciarse mucho, por eso debe acompañarse de comidas más fuertes como carnes, estofados, salseados, etc.
– Un vino dulce va bien con comidas dulces, reforzando ambos los sabores. También puede ir bien con comidas ligeramente saladas. Roberto, del blog http://www.lacocinadivertida.com/ nos enviaba a Facebook esta deliciosa foto: 🙂
– Un vino tánico (tinto, con sabor fuerte y seco en boca) va bien con comidas muy proteicas y grasas.
– Por último, se dice que son alimentos enemigos del vino el limón, el huevo duro, el espárrago o las vinagretas muy ácidas a base de vino, ya que cuesta mucho maridarlos, aunque digo yo, que alguna fórmula habrá para tomarse unos buenos espárragos de Tudela con un buen vino, no?
En fin, espero que os sirva este post y, sobre todo y como siempre decimos, que disfrutéis de ese momento de abrir una botella y degustarla, sea con lo que sea!
Nos leemos!
Ana
@BodCuatroRayas
Las fotos de este post han sido enviadas a nuestra página de Facebook por nuestros seguidores: www.facebook.com/bodegacuatrorayas 🙂